En Croacia, y por tanto también en Dubrovnik, se vive la Navidad con esa magia y encanto propio de los países del centro de Europa, aunque con el toque especial de estas latitudes.
Mercadillos, decoración navideña, pistas de hielo y conciertos de música convierten el periodo de Adviento, durante todo el mes de diciembre hasta la Nochebuena e incluso más allá, en un espectáculo único para el viajero que desea conocer otra faceta de la Perla del Adriático. La elegancia y el misterio del entorno urbano que sirve de escenario a estas celebraciones hace el resto.
Si en los meses estivales la ciudad brilla con las citas artísticas y musicales del Festival de Verano de Dubrovnnik, en invierno la estrella indiscutible es la Navidad. Así que vale la pena soportar un poco de frío (aunque no tanto como en los destinos del interior de Croacia) para vivir esta experiencia.
Tradicionalmente el Mercadillo de Navidad más grande y concurrido de Dubrovnik se despliega desde el 13 de diciembre, coincidiendo con la festividad de Santa Lucía, hasta el día 2 de enero en frente del Palacio Sponza. El día de Navidad y el Día de San Esteban, el mercadillo permanece cerrado. En Croacia se considera que estas dos fechas deben celebrarse en la intimidad con la familia.
Bajo un gran árbol de Navidad iluminado, en sus casitas de madera y puestos de venta encontramos artesanía y adornos navideños, así como la oferta gastronómica típica de estas fechas donde no faltan las galletas navideñas (brustulani mjenduli en croata), el popular vino caliente, similar al Glühwein de los mercadillos alemanes), las almendras confitadas y otras recetas tradicionales.
En los escenarios improvisados que se montan en diferentes lugares de la ciudad, principalmente en Stradun, las klapas (grupos corales dálmatas) cantan los tradicionales villancicos. Todo el casco histórico de la ciudad se sumerge en una atmósfera navideña que cautiva a todos los visitantes. También es costumbre exponer grandes belenes en los principales edificios públicos.
Otro de los regalos inesperados que se lleva el viajero cuando viaja a Dubrovnik en Navidad es el descubrimiento de una gastronomía sorprendente, llena de platos y delicias que solamente se cocinan en estas fechas.
Como ejemplo cabe citar la vieja tradición que se repite en todos los hogares de la ciudad la tarde del 24 de diciembre: padres e hijos decoran el árbol con toda clase de chocolates, bombones, galletitas y manzanas. En la mesa no falta el ramillete de trigo, símbolo de la vida nueva, y junto a él, la Bozicnica o «manzana de Navidad». Se dice que si esa noche un joven le ofrece la manzana a una chica y ella la acepta, su amor será para toda la vida.
En Dubrovnik y en general toda la región de Dalmacia, el plato clásico de Nochebuena es la sopa de bacalao. El día de Navidad en cambio es costumbre comer Pasticada, el famoso estofado de ternera de Dalmacia, aunque también Sarma (hojas de repollo rellenas de carne y arroz) y Krostuli, que son frituras tradicionales de frutas con azúcar espolvoreado. Casi todos los restaurantes de Dubrovnik ofrecen todas estas maravillas en sus cartas durante esta época del año.
Año Nuevo en Dubrovnik
Si las fiestas navideñas en Dubrovnik están revestidas de un innegable sentimiento religioso (Croacia es un país de devotos creyentes católicos) y muy apegadas a las tradiciones, la fiesta de fin de año se vive de modo diametralmente opuesto, donde el único objetivo es la diversión.
Como en muchas otras ciudades del mundo, los fuegos artificiales iluminan los tejados y reflejan sus colores en las aguas del Adriático, confiriendo a la clásica postal nocturna de Dubrovnik una singular belleza añadida. Por otra parte, casi todos los hoteles ofrecen cenas de gala y se organizan fiestas en casas privadas y en locales de música de todo tipo.
El día de Año Nuevo la Orquesta Sinfónica de Dubrovnik ofrece una serie de conciertos frente a la Iglesia de San Blas. ¿Qué mejor forma de empezar el año que escuchando música clásica en una de las ciudades más bonitas del mundo?