Excursión a Bosnia Herzegovina

Es una lástima pasar tus vacaciones en Dubrovnik, Croacia, y no dedicar al menos un día a conocer un segundo país que queda a tan solo unos kilómetros de distancia en coche. Y es que desde la Perla del Adriático tendrás más cerca la capital de Bosnia Herzegovina que la propia capital croata, Zagreb. Se trata además de una visita llena de lugares interesantes que te detallamos a continuación:

Mostar

De modo similar a lo que sucedió con Dubrovnik, la ciudad bosnia de Mostar se hizo tristemente famosa en los años 90 a causa de la barbarie de la guerra. Las imágenes de las bombas que destruyeron su puente milenario fueron vistas por televisión por millones de personas en todo el mundo.

Afortunadamente de aquellos días negros en Mostar solo queda el recuerdo. La ciudad presenta un aspecto alegre y vivo. El Puente de Mostar, con su elegante forma de media luna sobre las aguas del río Buna,  es el blanco de las cámaras fotográficas de los turistas. Sin duda, la estampa más famosa de la ciudad.

Sin embargo, hay mucho otros monumentos y edificios que no han sido restaurado aún. En muchos de ellos se puede ver todavía las marcas de las balas en su fachada.

Al otro lado del puente se encuentra el Bazar Kujundziluk, lleno de pequeños puestos callejeros de comida, recuerdos y otras baratijas. Las mejores vistas de Mostar las obtendremos desde lo alto del minarete de la Mezquita Koski Mehmed Pasha, siempre que estemos dispuestos a afrontar un agotador ascenso por su estrecha escalera de caracol.

Para llegar a Mostar desde Dubrovnik hay que tomar la carretera 8 hacia el norte y seguir las indicaciones hacia la frontera a la altura de Slano. En menos de una hora ya nos encontraremos en territorio bosnio, avanzando por la M6 hacia el norte,  siempre siguiendo las indicaciones Mostar-Sarajevo. En total, dos horas y media de viaje y 160 kilómetros de ruta.

Medjugorje

En la misma ruta que conduce a Mostar, si tomamos el desvío hacia la M6 a la altura de Stolac llegaremos en poco más de medio hora a la localidad de Medjugorje, rodeada de montañas.

Este pequeño pueblo se convirtió en un importante centro de peregrinación para los católicos de todo el mundo a raíz de las supuestas apariciones marianas del 24 de junio de 1981.

A pesar de las dudas  del silencio oficial del Vaticano sobre la cuestión, lo cierto es que Medjugorje es hoy un importante foco de turismo religioso. Hay quien afirma haber sido testigo en este lugar de asombrosos fenómenos sobrenaturales. Se estima que más de treinta millones de turistas han visitado este lugar hasta la fecha. Una incipiente industria turística ha crecido en las últimas décadas en los alrededores: hostales, restaurantes, tiendas de recuerdos y otros negocios.

Creyentes o no, vale la pena darse un paseo por Medjugorje, visitar la Colina de las Apariciones, coronada por una gran cruz blanca y, a unos minutos a pie del pueblo, admirar la belleza de las Cataratas de Kravice.

Sarajevo

Aunque está más lejos de Dubrovnik que los anteriores destinos, merece mucho la pena salvar los 240 kilómetros que separan la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia Herzegovina.

Esta fue una de las poblaciones más castigadas por la guerra, víctima de un asedio despiadado y escenario de horribles crímenes. Han tenido que pasar dos décadas para que Sarajevo vuelva a brillar como la ciudad multicultural y acogedora que siempre fue, conocida como la»Jerusalén de Europa». Y es una suerte que los viajeros podamos volver a visitarla.

La ruta urbana por Sarajevo tienen que empezar en la Fuente Sebilj (foto), el epicentro del casco antiguo o Baščaršija. A partir de ahí, nos espera en cada calle una sucesión de mezquitas, iglesias católicas y ortodoxas y alguna que otra sinagoga, tal es la variedad cultural de esta increíble ciudad.

Las huellas de la guerra siguen visibles en la Biblioteca Nacional, destruida por las bombas serbias en 1992 y recuperada y abierta de nuevo al público hace solo unos años. También en el Museo del Túnel de Sarajevo, que durante el largo asedio sirvió para abastecer de suministros básicos a los necesitados habitantes de la ciudad.

Información práctica para la visita

Antes de emprender el viaje en coche rumbo a Bosnia Herzegovina, debes saber que hay que atravesar un control fronterizo donde nos solicitarán el pasaporte y donde tendremos que adquirir una tarjeta especial para poder circular por el país. Su coste es de aproximadamente 20 €.

Aunque las distancias desde Dubrovnik no son demasiado grandes, se tarda más en circular por la red viaria de Bosnia Herzegovina debido al mal estado de las carreteras.

La moneda oficial del país es el marco bosnioherzegovino (BAM). Cada marco se cambia por unos 50 céntimos de euro. Hay oficinas de cambio de moneda en todos los sitios turísticos, si bien la mayoría delos comercios acepta euros.

Por último, y a pesar de que hoy apenas existen conflictos étnicos o religiosos, cabe recordar que Bosnia Herzegovina es un país de mayoría musulmana, un caso único en Europa, por lo cual hay que ser muy respetuoso con sus costumbres y tradiciones.