Ruta por Dalmacia

Se suele decir que Dubrovnik es la joya de la corona de la región de Dalmacia, pero ni mucho menos la única maravilla que adorna los 700 kilómetros de privilegiada costa jalonada por ciudades históricas, parques nacionales de gran belleza y más de mil islas, desde Pula hasta Dubrovnik.

Por tanto, una estancia en Dubrovnik solo nos proporcionará una visión parcial de la belleza de estas tierras. Excursiones de uno o dos días nos permitirán explorar las islas vecinas de Lokrum, Korcula o el archipiélago de las Elaphiti, así como las localidades de Trsteno y Ston, entre otras. Pero para visitar las muchas otras maravillas de la costa dálmata hay que organizar desplazamientos un poco más largos y tal vez planear estancias de varios días en otros destinos de la región.

Todo con el objetivo de, como reza un famoso eslógan turístico de Croacia, disfrutar del Mediterráneo «tal como era».

Pula y Rovinj

En el extremo norte de Dalmacia, muy cerca de la frontera eslovena y en una zona con fuerte influencia italiana (la península de Istria), encontramos dos magníficas ciudades que nos ofrecen una combinación perfecta de belleza natural, historia y ocio.

La primera es Rovinj, la antigua Rovigno veneciana. La ciudad medieval se construyó en una isla que hoy está conectada a tierra firme. Su casco viejo es una auténtico encanto, surcado por estrechas callejuelas empedradas que se mantienen increíblemente limpias. Domina el horizonte la imponente Catedral de Santa Eugenia,  visible desde las terrazas de todos los restaurantes y cafeterías de la ciudad.

Desde Pula además tendremos la oportunidad de realizar una excursión marítima a las islas Brijuni, uno de los parques nacionales más bellos del país, donde habitan en libertad grandes manadas de ciervos y otros animales.

Sólo unos kilómetros más al sur se encuentra Pula, un lugar único en Croacia debido a su impresionante legado arqueológico de la Antigua Roma. La gran estrella sin duda es el Anfiteatro, que aunque de menor tamaño,  nada tiene que envidiar en belleza y grandiosidad al Coliseo de Roma.

Las playas de la isla de Krk

Al este de la península de Istria se encuentra la isla de Krk, unida al continente por un puente, el verdadero paraíso playero de la costa de Dalmacia, aunque con precios más asequibles que otros destinos y mucha menos gente.

Entre estas playas de ensueño que Krk nos ofrece destacan las de Stara Baska (en la imagen), Vrbnik, Sveti Marak, Rupa, Vela y Potovosce.

En la isla hay también pueblos interesantes, empezando por la propia capital, Krk, y su animado casco antiguo lleno de bares y restaurantes. También vale la pena visitar Punat y su precioso puerto deportivo, así como la localidad de Njive, un pequeño y tradicional puerto de pescadores de los que ya no quedan.

Trogir y Split, fascinantes ciudades-museo

En la actualidad, la ciudad de Split es la más grande de Dalmacia y su puerto el más importante. Fueron los romanos quienes fundaron este asentamiento en la península de Marjan hace 1.700 años. La antigua Spalatum ha pasado a la historia por ser la ciudad favorita del emperador Diocleciano.

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En el siglo IV después de Cristo se construyó aquí el Palacio de Diocleciano, que ha llegado hasta nuestros días en un estado de conservación excelente. Además de esto, Split es una ciudad de animados mercados y bonitas áreas comerciales llenas de tiendas y restaurantes, como el barrio de Riva.

A sólo media hora de Split hacia el norte se encuentra Trogir, ciudad con una larguísima historia, como testimonian sus numerosos y fascinantes  edificios. Trogir es también sinónimo de vacaciones de sol y playa en Dalmacia, un destino de cinco estrellas con una gran oferta de alojamiento y hermosos rincones junto al mar.

Tanto Split como Trogir están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por su valioso legado histórico y cultural.

Un último punto de interés en esta zona central de la costa dálmata es la isla de Brac, accesible desde los puertos de ambas ciudades.

Esta isla es famosa sobre todo por la Playa de Bol, más conocida como Zlatni Rat (Cuerno de Oro) una de las mejores y más bonitas playas del país: aguas tan transparentes que incluso parecen irreales y una gran lengua de arena que se adentra en el mar. Un espectacular paisaje que cautiva a todos los viajeros sin excepción.